Cada una de nosotras es un campo potente de energía que llega a este plano de vida y a nuestro cuerpo físico, esta energía que somos irradia hacia el mundo externo de nosotras y recibe vibraciones del mundo exterior; en la medida que crecemos, las experiencias con el mundo de afuera dibujan el mundo interior de cada una de nosotras y generan una impronta emocional (pre verbal), en especial, en la primera infancia, de la cual no somos para nada conscientes.
En la medida que vamos madurando se va desarrollando nuestra mente, que es nuestra conexión lógica, analítica y consciente con el mundo exterior. La verdad es que esta mente – puente entre el yo y el exterior, es, aproximadamente, un 80-85 % contenido inconsciente para cada una de nosotras y solo un 15% es consciente, vívido o conocido.
Este inconsciente nuestro contiene mucha información no lógica, ni temporal, sino emocional, que ha sido guardada en distintos momentos de nuestras vidas, pero que la guía de manera determinante. Sin embargo, desconocemos ese mundo de contenidos, donde existe información de nosotras relevante para la comprensión de muchas de nuestras ideas y emociones a la base de nuestras conductas y sentires.
Una manera de acceder a este mundo inconsciente es a través de la información de nuestro vínculo con el exterior, con otr@s, con distintas situaciones que nos rodean; es por medio de hacer consciente, de identificar, de revelar, de darnos cuenta de que, aquello que observo afuera es el reflejo de mi adentro, reflejo de eso que no me veo y que lo pongo afuera, porque no lo reconozco. Generalmente se refleja a partir del emitir un juicio hacia otr@ o hacia una situación, que rechazamos o criticamos o que admiramos y alabamos.
Este reflejo en el exterior es contenido inconsciente de nuestro mundo interno y puedo observarlo a través del juicio que emitimos de algo que no nos gusta y que no lo sentimos como algo propio y que puede estar proyectando una característica visible nuestra, pero ciega para una; también puede ser que aquello que no te gusta en otr@ o de una situación, refleje un actuar que no realizas hacia afuera, pero si contigo.
Testimonio…
“Yo, sentí, intensamente, con todo mi ser que fue muy injusto, deshonesto y mentiroso conmigo… y me dolí mucho por ello, por no poco tiempo … al cabo de hacerme consciente de este proceso y querer sanar, me di cuenta de que yo estaba siendo muy injusta conmigo, hacia rato, que había perdido la honestidad conmigo misma y que me había mentido con tanta fuerza y frecuencia , como dolor y rechazo me producía lo que creía me había hecho; descubrí que este otro ser al que yo responsabilizaba de mi dolor, era solo el mensajero, que reflejó en mi casi encandilándome, lo que estaba pasando y haciendo conmigo… cuando lo vi, cuando me di cuenta de ese reflejo, obtuve alivio y equilibrio, me sorprendí y me permitió ver aquello que no habría visto en mí, sino me hago consciente de mi reflejo interior en el exterior.. “