Por Javiera Moreno Morales, estudiante de Periodismo Universidad del Desarrollo
En Halloween, un buen disfraz para una niña o mujer, muchas veces se reduce a volver sensual cualquier tipo de traje. Incluso podemos ver en las fiestas cómo los disfraces inspirados en oficios de enfermera, policía, profesora, entre otros suelen ser en su mayoría cortos, ajustados al cuerpo y con pronunciados escotes.
Origen de la tradición y de la sexualizacion en los disfraces
Para comprender el origen de los disfraces sexualizados en niñas y mujeres en Halloween, primero es necesario conocer cuándo y dónde surge esta tradición.
Según los historiadores, esta festividad se remonta a más de dos mil años, cuando los antiguos celtas cada 31 de octubre celebraban el final del verano y el comienzo de la mitad más oscura del año en las Islas Británicas.
En ese entonces, se tenía la creencia los muertos vagaban por la tierra durante el llamado “festival celta pagano de Samhain”, instancia en la cual bailaban alrededor de hogueras con máscaras y trajes compuestos por cabezas y piel de animales para intimidar y alejar así a los malos espíritus.
¿Tradición o hipersexualización de la figura femenina?
De acuerdo a la autora estadounidense Lesley Bannatyne (experta en cultura, folclore y Halloween) en 1970 comenzaron a popularizarse los trajes más sexualizados a través de desfiles extravagantes de Halloween con temática gay. Lo anterior, en medio de una atmósfera de libertad y reivindicación.
Sin embargo, a nivel social el significado y connotación de los disfraces fue variando con el paso del tiempo, volviéndose cada vez más estereotipados. En esa línea hoy es posible ver que se sexualizan y exageran rasgos femeninos en los disfraces característicos de halloween.
Sin ir más lejos, la tecnología y las plataformas digitales no han quedado ajenas a este fenómeno. En las redes sociales, diversos usuarios han reportado las imágenes que contienen algunos disfraces en su exterior, uno de ellos es el que compartió el perfil @hematocrito en twitter en el 2017 y que apuntaba a un disfraz de “enfermera sexy” con la imagen de una menor de edad.
Tomar conciencia de ello es clave en tiempos donde se espera poder avanzar en la protección de niñas y mujeres. Frente a esto, la Asociación Americana de Psicología, señala que la sexualización, puede producir problemas de autoestima, depresión e incluso desórdenes alimenticios (en Chile, el riesgo de padecer trastornos alimenticios afecta alrededor del 12% de los adolescentes).
Hagamos el ejercicio, naveguemos por internet y comprobemos si es cierto o no. Al buscar cualquier disfraz u profesión, agregamos la palabra “mujer” y podrán verificar que la mayoría de las imágenes posee un contenido altamente érotico y sexualizado.
Esta situación la verás reflejada por medio de vestidos cortos y camisetas que usan las niñas y mujeres en las fotografías, algunos con mucho escote y tacones demasiados incómodos para llevar un disfraz pero perfecto para mantener y difundir el estereotipo de que si no llevas un par no eres femenina.