Por Equipo Empoderadas: Paula Cifuentes, Rocío Garcés y Paloma Castillo
De un 8,1% a un 17,9% aumentó la violencia en espacios públicos según cifras de la Subsecretaría de Prevención del Delito, ahora bien, si utilizamos la lupa de la perspectiva de género un 21,7% de mujeres entre 15 a 65 años declaró haber sufrido violencia dentro de los últimos 12 meses.
Las cifras no mienten y son preocupantes más aún en una fecha como la del pasado 25 de noviembre, donde se conmemoró el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. ¿Cómo marcamos entonces una verdadera diferencia? En Empoderadas, conversamos con seis mujeres líderes quienes nos entregaron sus visiones y aportes para dar una respuesta a esta interrogante.
Violencia en contexto de pareja: Entender el origen y las señales
Aquellas que decidieron alzar su voz en la siguiente nota coinciden en que la violencia de género se sustenta en un desequilibrio de poder que ha puesto a las mujeres en una situación de desigualdad con respecto a los varones, quienes desde una cultura patriarcal han ejercido control y dominio restringiendo la libertad y posibilidades de desarrollo de ellas (puede ocurrir en distintos rangos etarios y etapas de una relación).
A su vez, señalan que esto puede incidir en cambios de comportamiento, en las formas de vestir, afectar la frecuencia de salidas, los procesos de socialización con el entorno, pérdida de autonomía, entre otros aspectos que se relacionan a una sensación de inseguridad, humillación, vergüenza y baja autoestima por mencionar algunos conceptos claves.
Pero ¿Cómo romper con este tipo de situaciones y de qué forma se puede apoyar? La presidenta de la Fundación Yo te creo e ingeniera en prevención de riesgos, Evelyn Astorga Tahormina, plantea junto a su equipo de trabajo que en muchos casos el daño psicológico llega a afectar el desempeño que las mujeres tienen en distintas áreas de su vida, generando inseguridad, culpa y miedo. Por lo mismo es fundamental prestarles soporte, pero sobre todo atención en vista de que la violencia en sus inicios puede presentarse de forma muy sutil. “El cambio depende de todos. Es necesario entregarles la confianza para que puedan denunciar estas situaciones dándoles la tranquilidad de que serán escuchadas, apoyadas y protegidas. Hay mucha gente que está dispuesta a ayudar, sostuvo Astorga.
Liliana Báez Martínez, asistente social y coordinadora del Centro de la Mujer de la Municipalidad de Santa Bárbara sostiene que \»Es esencial escuchar sin juicios. La mujer que decide compartir su situación busca sentirse contenida. Cada una tiene su tiempo y cuando recibimos un relato tenemos que hacerlo con apertura\» sostiene Báez, quien agrega que una mujer puede demorar incluso hasta seis años (o más) en denunciar al agresor. Es en esa línea, que Liliana decide hacer un llamado a las mujeres “No estás sola, puedes denunciar y pedir ayuda, hay una red de instituciones que trabajan acompañando a muchas que han vivido violencia y puedes darte una oportunidad para iniciar un nuevo camino” expresa la asistente social.
Quien también entiende de cerca esta realidad, es Susana Concha Acuña, directora de la Fundación Unión Femenina 2.0. Tras salir de un contexto de violencia intrafamiliar y formarse como asistente social, decidió ayudar desde su experiencia personal y profesional a otras mujeres para empoderarlas. “Cuando acompaño a una víctima exijo sus derechos, que el trato de Carabineros sea lo más acorde a lo que está viviendo, no dejo que la presionen y como sé de los procesos, no las dejo solas, para que no realicen el camino largo. No quiero que vivan lo que yo viví y en la Fundación hacemos un trabajo completo para que ellas recuperen su independencia emocional. Mi mensaje es `si yo pude, tú también puedes´” sostiene Concha.
Carolina Rudnick Vizcarra,abogada y Presidenta de la Fundación Libera complementa que es importante reforzar la autoestima de las víctimas para el proceso de sanación, además de su autonomía económica y poder articular las fuerzas internas que ellas tienen, “Hay que demostrarles que el hecho de pudieran salir de esa situación también es un acto de valentía, pero también necesitamos sistemas de justicia que logren responder de forma rápida a las mujeres. Quiero decirles a todas que son unas valientes, que son mujeres valiosas, que las necesitamos en el tejido social. Es muy importante validar su experiencia y que ellas también se transformen en agentes clave para inspirar a otras mujeres para detener y detectar situaciones de esta naturaleza” expresó la profesional.
Violencia en otros espacios, una realidad no menor
Así como estos hechos en contexto de pareja o de familia, pueden dañar profundamente a nivel personal a quienes la reciben, también hay otros espacios, donde las mujeres se ven envueltas en situaciones de violencia y discriminación. De acuerdo un estudio realizado por el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género en colaboración con la Dirección de Trabajo, el año 2020 se registraron más de 12 mil denuncias, de las cuales gran parte tuvo relación con acoso sexual (483 denuncias de mujeres en la Dirección del Trabajo), acoso laboral (675), vulneraciones a la normativa de protección a la maternidad y no respeto del fuero maternal (2241). Lo anterior, principalmente en áreas como el comercio al por mayor y al por menor, actividades de servicios administrativos y de apoyo, actividades de Alojamiento y Enseñanza.
Al respecto, Carlota Salinas Tiznado, integrante de Woman in Compliance y mentora en Academia Inspiradas by Inspiring Girls Chile comentó que la misoginia en espacios de trabajo muchas veces se traduce en un menosprecio a las labores y el esfuerzo propio, “impidiéndote ocupar puestos de trabajo para los cuales estas calificada por el sólo hecho de ser mujer. Se da además en situaciones donde te quitan el crédito del trabajo realizado evitando que destaques o minimizando tu liderazgo, porque dan por hecho que alguien más lo hizo por ti o que recibiste ayuda” comentó Salinas, quien afirmó que además en los contextos laborales son ellas las que reciben más preguntas respecto a la maternidad y las tareas de cuidado, situación que no ocurre del mismo modo con los hombres.
“Debemos empoderar a nuestras niñas, diciéndoles y mostrándoles lo valiosas que son sólo por existir. Mostrando con el ejemplo que las mujeres somos fuertes y que nuestra sensibilidad no es signo de debilidad sino más bien una fortaleza que nos permite empatizar con otros” agregó Carlota Salinas.
Frente a este tema, la directora de la carrera de periodismo en la Universidad de La Frontera e integrante de la corporación Más Mujeres Líderes de la Araucanía Nadia Arias Vega profundizó en que para trabajar esto de raíz, es necesario poner foco en el sistema educativo para abrir espacios al cambio y visibilizar los temas de género precisamente en el aula. En paralelo, la periodista, sostuvo que es necesario trabajar la sororidad entre mujeres y derribar los estereotipos de género que rodean al mundo laboral (en su caso en el rubro de las comunicaciones) y también a la academia.
“Muchas veces dan por hecho que hay mujeres que no estamos capacitadas para ciertos temas porque se cree que son específicamente para hombres. Ellos son los que llegan a cargos de decisiones y muchas veces los temas vinculados a mujeres, género y disidencias, están vistos con ojos de hombres. Creo que si más mujeres llegáramos a esos puestos habrían más cambios culturales” sostuvo Nadia Arias, quien también hizo el llamado a que se denuncie en los casos de violencia y hacer eco de esas denuncias.