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Carmela Carvajal Briones

La figura de doña Carmela Carvajal Briones se encuentra asociada de forma inherente a la de su esposo, el capitán de fragata Arturo Prat Chacón (1848- 1879), héroe del Combate Naval de Iquique del 21 de mayo de 1879. En la presente columna analizaremos diversos aspectos de su vida y trascendencia.

Hija de Diego Carvajal y María Briones, Carmela Carvajal nació en Quillota un 16 de julio de 1851, siendo la menor de sus hermanos José Jesús, Bernardo y David, respectivamente. La vida desde sus inicios no sería fácil para ella y sus hermanos, puesto que quedaron huérfanos de sus padres a temprana edad. Recibió su educación primaria en una escuela secular en Valparaíso, recibiendo lecciones de idiomas extranjeros, entre ellos el francés que dominó de manera fluida.

Carmela tuvo su crianza en la casa de su hermano José Jesús, quien a su vez estaba casado con doña Concepción Chacón, tía materna de Arturo Prat. Fue este nexo, que permitió que tiempo más tarde ella conociera a Arturo, en una de las tantas tertulias decimonónicas en Valparaíso. Así entonces se inició una amistad entre ambos, que derivó en una relación formal a inicios del año 1869. Prat deseaba contraer matrimonio con ella, pero no tenía el suficiente presupuesto para poder mantener a ella y su familia. No obstante, tras su ascenso como capitán de corbeta en 1873, inmediatamente le solicita su mano. Contraen matrimonio el 5 de mayo del año citado en la parroquia Espíritu Santo de Valparaíso.

Arturo Prat tuvo un trato equitativo con Carmela Carvajal. No la veía como la esposa a la sombra del marido, sino que complementaron labores hogareñas. Una actitud extraña en una época donde el machismo imperaba y la esposa se hacía cargo de todas las tareas. En 1874 nace la primera hija del matrimonio, siendo bautizada como Carmela de la Concepción Prat Cravajal, no obstante, fallece a los pocos meses producto de una hernia, agravada por la fiebre. La felicidad vuelve a la familia años más tarde con los nacimientos de Blanca Estela y Arturo, respectivamente.

Carmela era mujer instruida a nivel intelectual e intentó convencer en reiteradas veces a Arturo que dejara las actividades en la Armada de Chile y se dedicara a su ejercicio como abogado. No obstante Prat prosiguió con sus deberes en la marina, instancia en que se inició la Guerra del Pacífico en 1879.

Tras la muerte de Arturo Prat en Iquique, Carmela Carvajal recibe una pensión por parte del Estado para la subsistencia de sus hijos. Pero el reconocimiento más importante, a mi juicio, fue la carta que le escribió el Almirante peruano Miguel Grau Seminario, tras los sucesos de Iquique. En ella, junto con entregar sus condolencias, le envió los objetos personales del héroe, entre otras pertenencias. Carmela Carvajal ante tan noble gesto, le escribe una carta agradeciendo su caballerosidad frente a este complejo momento.

Carmela Carvajal junto a su familia reside en Valparaíso y posteriormente se traslada a Santiago, producto del ingreso de sus hijos a la universidad.  Recibe el constante afecto de cientos de personas, aunque trata siempre de mantener un bajo perfil, apartándose de actos masivos en homenaje a Arturo Prat. Uno de los homenajes más simbólicos, es la visita que efectuó capitán de navío peruano, Julio Goicochea Álvarez a su domicilio, a nombre de la Armada del Perú, en el año 1928.

Carmela Carvajal falleció en 1931, provocando un hondo pesar en el país, cuya lección de valor y coraje frente a la adversidad, así como enfrentar la muerte de su esposo en el Combate Naval de Iquique, dejaron una huella que no debe quedar en olvido colectivo.

Fuente información: Sitio Armada de Chile, sitio Ministerio de Defensa, Memoria Chilena.

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