Tiene solamente 16 años y a su edad ya ha destacado como una activista comprometida con la inclusión y la democratización del conocimiento en Chile. Se trata de Catalina Guzmán Díaz, quien a través de la visibilización de temas importantes como la ciencia, el empoderamiento femenino y las neurodivergencias, ha logrado sobresalir en más de 27 organizaciones, así como en importantes instancias tanto a nivel nacional como internacional.
Desde una temprana edad, Catalina se interesó por la lectura y por compartir sus conocimientos con sus pares. Fue así que con siete años de edad ganó un premio de escritura a nivel nacional entregado por Biblioteca Viva, un reconocimiento que además fue un aliciente para alcanzar otra de sus metas.
“Me di cuenta de mis habilidades y de lo mucho que me gustaba compartir este tipo de cosas. Con el tiempo me fui involucrando más en lo que hoy es mi actual pasión: la tecnología, la robótica y programación en general. Entrelazar esto con querer enseñar fue muy útil, porque me di cuenta que si uno en verdad entiende un tema, se aprende mejor enseñándolo, especialmente a personas de mi edad y de mi colegio, que es un liceo público”, sostuvo Catalina Guzmán.
Diagnóstico
Mientras la historia de esta joven de la región Metropolitana seguía escribiéndose en torno a la educación y su pasión por el área Stem, hacia el año 2021, Catalina fue diagnosticada con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y más recientemente con Trastorno del Espectro Autista (TEA). Una arista en su vida que influyó de manera positiva para sumar otra bandera de lucha: la inclusión de las personas neurodivergentes en la sociedad.
“En Chile lo que se suele creer sobre el TEA es que son personas extremadamente inteligentes, basado en el estereotipo común de una persona autista, o personas sin muchas capacidades de mantenimiento propio, lo que dificulta poder llegar a un diagnóstico. En mi caso, pude explicarle a los profesionales cómo yo me sentía en general, porque muchos diagnósticos, actualmente, no se pueden llegar a realizar por la falta de detalle en las declaraciones”, explicó.
Una trayectoria brillante
En más de cuatro años de trayectoria, Catalina ha participado en numerosas organizaciones y proyectos, entre los cuales destaca Academia Inspiradas e Inspiring Girls, donde tuvo la oportunidad de aprender sobre activismo, brechas de género, además de conocer testimonios de mujeres que han tenido que vivir este tipo de experiencias. “Me dieron un espacio donde yo podía hablar abiertamente y donde no me iban a juzgar por mis opiniones ni por cómo sobrellevaba mi vida, lo que me ayudó mucho. A raíz de esas mismas redes conocí a Noemí Manríquez, que es la persona con la que actualmente trabajo en Adolescente Impacta como subdirectora”, Complementó.
Del mismo modo, Guzmán, tuvo la oportunidad de ser nombrada embajadora de Congreso Futuro, gracias a su buen desempeño como voluntaria y de haber trabajado en conjunto con World Vision en paneles internacionales sobre la infancia. En esa misma línea destaca además su paso por competencias de robótica como el Bootcamp de Revolución STEM, donde fue semifinalista, además de participaciones como voluntaria y expositora en LCOY y en la Asamblea Consultiva y Oficina de Juventudes de Huechuraba.
“Creo que son instancias donde las juventudes pueden hablar frente a todos, ejercer su voz socialmente y ser escuchados. Oír un solo comentario de las personas y referentes que conocí en esos espacios me inspira día a día a poder seguir adelante, así que estoy muy agradecida” expresó.
Respecto a su presente, hoy por hoy, la estudiante oriunda de Santiago, está desarrollando “Academia de Códigos”, una iniciativa donde comparte información sobre programación y robótica a través de su cuenta de Instagram con el propósito de hacer que el conocimiento sea accesible para todos. Por otro lado, Catalina figura en la actualidad como semifinalista del Concurso Impacto Emprendedor de Banco de Chile, instancia que se suma al largo listado de proyectos que tiene la activista.
“Quiero centrarme a futuro en mi carrera profesional y obviamente seguir enseñando. Siento que las libertades con las que puedo explicar mis conocimientos a las personas que están interesadas, incluso a las personas que solamente quieren escuchar, es algo que me apasiona extremadamente”, manifestó.
Muy consciente de las brechas de género, para ella comentarios como «las mujeres no pueden estudiar x carrera» nunca cruzaron por su mente. Fue entonces cuando decidió expresar su incomodidad con estas frases, apostando por la democratización de la ciencia y el feminismo. Actualmente, ella mantiene un enfoque en esas dos áreas, pero también ha agregado, basándose en su propia experiencia personal, la voz de la neurodivergencia.
Mi mensaje es no tenerle miedo a todo lo que pueda venir. Personalmente, soy una persona que tiende a sobreanalizar las cosas y me gustaría poder ser más activa al momento de tomar decisiones. Pero creo que si nos enfocamos más en los aspectos positivos que en los negativos, a menudo pueden surgir muchas cosas buenas. Si mantenemos una mentalidad positiva y confiamos en que todo saldrá bien, es muy probable que así sea», concluyó.