En un paso significativo hacia la consolidación de la democracia y la promoción de la equidad de género, Chile marcó un hito histórico hace exactamente 75 años con la publicación de la Ley que establece el Sufragio Pleno Femenino, un 14 de enero de 1949. Este acontecimiento no solo abrió las puertas a la participación política de las mujeres, sino que también sentó las bases para una sociedad más justa e inclusiva. Cabe precisar que esta ley las facultaba para votar en elecciones parlamentarias y presidenciales, pues en 1939 se había aprobado el voto femenino, pero exclusivamente para las elecciones municipales.
Las implicancias de esta legislación fueron profundas y trascendieron más allá de las urnas electorales. El sufragio femenino no solo se trata de emitir un voto, sino de empoderar a las mujeres, brindándoles una voz activa en el espacio público y en la construcción de políticas estatales y en la conformación del destino nacional. Esta inclusión política contribuye a la diversidad de perspectivas y experiencias en la toma de decisiones, enriqueciendo la calidad de la democracia.
Así, desde 1949, somos testigos de un progreso constante en términos de participación femenina en la política chilena. Por ejemplo, en las pasadas votaciones en diciembre de 2023, el padrón electoral en Chile (sin considerar voto en el extranjero) sumó un total de 15.278.800 de personas habilitadas para emitir su sufragio, con un desglose de 7.456.459 de hombres y 7.822.341 de mujeres, esto según datos del Servel. De esta forma, las cifras hablan por sí mismas: el aumento sostenido de mujeres en cargos políticos, tanto a nivel legislativo como ejecutivo, demuestran el impacto positivo de la ley de sufragio femenino. La representación equitativa es esencial para garantizar que las políticas reflejen las necesidades y aspiraciones de toda la sociedad, independientemente del género.
Sin embargo, el camino hacia la plena equidad de género está lejos de completarse. A pesar de los avances, persisten desafíos en términos de igualdad salarial, acceso a oportunidades, la erradicación de estereotipos de género arraigados, como también el trabajo desde la educación con áreas y profesiones aun fuertemente masculinizadas. El Informe Global de Brecha de Género 2023 del Foro Económico Mundial indica que, al ritmo actual de progreso durante el período 2006 -2023, se necesitarán 162 años para cerrar la brecha de género de Empoderamiento Político, 169 años para la brecha de género de Participación Económica y Oportunidades, y 16 años para la brecha de género de Logro Educativo. El tiempo para cerrar la brecha de género en Salud y Supervivencia sigue sin definirse.
Es crucial destacar que la equidad de género no solo beneficia a las mujeres, sino que fortalece a la sociedad en su conjunto. La diversidad de perspectivas y la inclusión de todas las voces, independientemente del género son fundamentales para abordar los desafíos complejos que enfrenta Chile y el mundo. A medida que celebramos este hito, es imperativo recordar que la lucha por la igualdad de género es continua y que debemos seguir trabajando juntos para superar los desafíos que aún persisten en nuestra búsqueda de una sociedad más justa e inclusiva.
Por Francisco Metzner Iribarren, director de Comunicaciones y Extensión, Universidad Santo Tomás Concepción.