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“Sacar la menstruación de debajo de la alfombra”: Constanza Lizama y la lucha contra la pobreza menstrual

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Por Mariagracia Lorca Valdés 

En el mundo, más de 500 millones de personas carecen de acceso a instalaciones adecuadas y productos sanitarios para gestionar su menstruación de manera saludable. En América Latina y el Caribe, solo 9 de 31 países consideran los productos de higiene menstrual como esenciales, de acuerdo con la organización AHF. Esto pone de manifiesto que la pobreza y la menstruación son problemas interrelacionados que afectan a millones de mujeres en la región.

En Chile, donde aproximadamente el 30% de la población es menstruante, Constanza Lizama, fundadora de la Fundación Mujer Mundo y ganadora de premio Mujer Impacta 2024, impulsa la campaña para «sacar la menstruación de debajo de la alfombra y ponerla en lo cotidiano», con la lucha de visualizar que menstruar no es algo que esconder.

Además, la fundadora de Mujer Mundo, reflexiona sobre la resistencia social para hablar abiertamente de la menstruación y cómo el reconocimiento de Mujer Impacta 2024, ha sido un impulso para seguir visibilizando esta causa. En sus palabras, esto es solo el comienzo de una lucha que busca no solo garantizar derechos básicos, sino también transformar la conversación en torno a la menstruación.

¿Cómo comienza tu relación con el concepto de pobreza menstrual?

A finales de mis 20 años, conocí a dos mujeres que me mostraron una manera distinta de relacionarse con el cuerpo. Una, específicamente, estaba en pareja y no tomaba anticonceptivos hormonales, y la otra había parido a sus hijos de forma natural.

De alguna forma, pude reconocer que había muchas cosas que nadie me había enseñado y que encontraba impactantes. Una de estas amigas me recomendó ir a terapia menstrual, donde inicié un viaje superbonito que me cambió la vida. No solo cambió mi relación con mi cuerpo, sino también todos mis vínculos, como el trabajo, mi salud y mi familia.

En ese proceso indagatorio y de autoconocimiento, llegué a información sobre la realidad de la pobreza menstrual, aunque sucedía en territorios muy lejanos de Latinoamérica.

Empecé a analizar y recibir esta información, hasta que en 2015 llegó a mí un informe que UNICEF realizó con WASH sobre higiene menstrual en escuelas de Cochabamba, Bolivia. Me di cuenta de que era muy importante visibilizarlo porque era algo que estaba pasando.

¿Qué opinas de la resistencia a hablar de menstruación?

La pobreza menstrual es la punta del iceberg; es lo más básico. Son derechos humanos tener la información y el acceso a los productos de gestión menstrual. Debajo del iceberg, hay muchas cosas ocultas, y la única forma de generar conciencia es que las mujeres nos abramos y contemos nuestras experiencias.

Los comentarios de resistencia son un reflejo de la sociedad y es importante reconocerlo, porque es una parte que está latente. De cada comentario sacamos información que nos permite seguir analizando. El rechazo también es información valiosa para nosotros, ya que nos ayuda a entender con qué se asocia la menstruación o las creencias que se tienen sobre ella.

El nacimiento de mujer mundo

Tras un viaje a Paraguay en 2015, donde realizó talleres sobre gestión menstrual, Constanza fundó Mujer Mundo con la misión de erradicar la pobreza menstrual en América Latina y lograr establecer la menstruación como algo natural.

¿Cuál fue la idea base con la que partió el proyecto de la fundación Mujer Mundo?

Al adquirir la información sobre la pobreza menstrual, me replanteé cómo habría sido mi vida si lo hubiera sabido antes. En ese momento, comencé a redactar ideas y se las envié a una amiga en Paraguay que trabaja con fundaciones. Luego de unos días, me avisó que se las mostró al área de mujer de su fundación y me invitaron a viajar para hacer talleres.

Teniendo esta invitación, armamos nuestro programa piloto en Paraguay. Tuve que conseguir financiamiento y alguien que organizara estos proyectos educativos conmigo. De esta manera, logramos costear 150 kits que contaban con un par de toallas de tela, un manual para confeccionarlas y un fanzine con información del taller. 

¿Qué significado le das al reconocimiento de Mujer Impacta 2024?

Fuimos de las primeras en hablar de pobreza menstrual sin tener información real de lo que pasaba en Chile, ya que nos basamos solo en cifras de lo que ocurría afuera.

Fue difícil buscar apoyo y financiamiento, ya que nadie consideraba que era importante. Entonces, en 2017, gané la noción de que había que esperar un tiempo a que llegara la información, la conciencia y el respaldo.

Ahora, con el premio, no solo ya existe la red, sino que la visibilidad que nos otorga Mujer Impacta es salir a la prensa, ir a la radio y sentirme contenta de poder hablar de menstruación. Este es el camino correcto y eventualmente también nos ayudará a que todos le pongamos el peso que merece.

¿Cuál es el futuro que consideras le espera a la fundación y a la pobreza menstrual? 

Yo creo que esto es solo el comienzo. Queremos profundizar y mostrar el iceberg de la menstruación entero. Las proyecciones de la fundación son seguir creciendo. Siempre hemos tenido el sueño de abrirnos en otros lugares de Latinoamérica y posicionarnos bien en Chile.

También esperamos poder trabajar codo a codo con la ley para que salga del Senado, generar alianzas con otras organizaciones, marcas y empresas. Como dijimos en nuestra campaña de marzo, queremos sacar la menstruación de debajo de la alfombra y ponerla en lo cotidiano, donde se merece.

Queremos establecerla como algo natural que le pasa a la mitad de la población, que nos ocurre todos los días y que no es solo un tema femenino, sino que es social, cultural y mucho más complejo de lo que creemos.

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