Desde Concepción, Fernanda Leiva ha ido dejando una huella en la música, destacándose por su propuesta camaleónica que fusiona géneros como rock, pop, psicodelia y reggae. Su carrera dio un giro decisivo en 2016, cuando quiso emprender su camino como solista, creando un estilo propio que lleva consigo las influencias de gigantes como Gustavo Cerati, Coldplay, Anita Tijoux y Pink Floyd.
A lo largo de su carrera, la compositora penquista, ha brillado con su voz y presencia en festivales emblemáticos como el Rock en Conce y el Festival Son del Biobío, llevando su música más allá de las fronteras de Chile, hasta Argentina y México. Pero esta no es la única arista que la define. Su compromiso con la equidad de género en la música también la llevó a cofundar el movimiento «Brava», cuyo objetivo es empoderar a las mujeres, crear espacios seguros y visibilizar su presencia en la industria.
Hoy, con el lanzamiento de su nuevo sencillo «Pa’ Que Estemos Tú y Yo», Fernanda marca un nuevo hito en su carrera. En esta entrevista, nos comparte su visión sobre su evolución artística, sus influencias y sus planes para el futuro.
Hablando de tus inicios, ¿qué te inspiró a empezar tu carrera en la música?
—Desde chiquitita, como a los siete u ocho años, ya sentía curiosidad por los instrumentos y saber de dónde venía el sonido realmente. De ahí empecé a tocar guitarra, aprendí a componer y la música se convirtió en una herramienta súper personal y sentimental. Aprendí a descifrarme de cierta manera, a ir navegando las emociones de una forma mucho más mágica, y empezaron a salir las primeras composiciones, muchas ligadas al amor, al desarrollo y a otros temas. Eso me atrapó, y es lo que me ha impulsado a seguir haciendo música. Tuve grupos anteriormente, como bandas tributo, hasta llegar a mi proyecto solista, que fue por ahí, en 2016, cuando lancé mi primer disco. A partir de ese momento, todo se convirtió en una bola de nieve que no ha parado. Estoy feliz por eso.
Sabemos que tus influencias musicales son muy diversas. ¿De qué manera estas han impactado en la evolución de tu estilo y en tu forma de crear música?
—Mira, yo siempre le digo que mi estilo es como pop camaleónico, porque de cierta manera no es una definición exacta de dónde apuntar, sino más bien ir dando con lo que la canción va pidiendo, de manera muy intuitiva. Puede ser desde rock, pop, psicodelia, reggae o algo urbano. Siento que he pasado por muchos estilos y, para mí, ha sido un proceso de crecimiento y aprendizaje. Ahí es donde siento libertad, finalmente. Me he dado cuenta de que lo que busco en la música es poder generar estos espacios donde mi creatividad salga de sus propias barreras y poder empezar a hacer estos híbridos musicales que se me dan naturalmente. No es algo tan rebuscado, sino escuchar lo que la canción quiere ser y transmitir.
A lo largo de tu carrera, has tenido la oportunidad de participar en diversos escenarios, como el festival Rock en Conce y en giras internacionales por Argentina y México. ¿Hay alguna experiencia, ya sea a nivel local o internacional, que te haya dejado una huella especial?
—Yo creo que hay varias instancias que me han marcado. El REC, para mí, fue clave, porque justo cuando saqué el nuevo disco, me llamaron y fue un crecimiento rápido, un desafío que requería ponerse a tope en estudio, puesta en escena, ensayo, técnica, en todo. También fue un proceso de trabajar en tu personalidad, por los nervios y todo lo que implica estar en escenarios grandes. El ritmo de tocar mucho te da confianza, pero como esto salió tan de golpe, fue mucho trabajo que pusimos ahí y luego vino una ola de nieve que abrió muchas más instancias, con más festivales.
En otra oportunidad, hubo una Feria del Arte Internacional, donde toqué con Cami. Había un mar de gente brutal con pancartas, cantando las canciones. Fue súper impactante, porque te das cuenta de que lo que haces tiene repercusión y las personas lo sienten. Eso es lo más reconfortante para un artista: que tu música no solo quede en ti, sino que tenga un impacto en los demás. A veces, cuando te bajas del escenario y te dicen que tu música las ha acompañado en momentos difíciles o románticos, es muy inspirador. No dimensionas hasta dónde llega tu música, pero es muy lindo ver la recepción. Eso es lo que más me motiva e inspira un montón.
Has creado junto a otras artistas “Brava”, cuyo objetivo es generar espacios seguros para las mujeres en la música. ¿Qué te motivó a formar parte de este proyecto y cómo ha sido tu experiencia como mujer artista en un medio tan desafiante?
—Cuando comencé, había muy pocas mujeres haciendo música. En casi todos los carteles de los eventos, había más hombres, y realmente uno se sentía extraña, insegura, porque no conocía bien el ambiente. A medida que fui tocando más, se abrieron espacios para compartir con más mujeres, y en 2017, creamos Brava con Giyil, Análoga y las chicas de Mulier. Todo empezó con una tocata, pero después vimos que podíamos crear algo poderoso basado en nuestras experiencias y las carencias que hemos enfrentado, como la dificultad para encontrar lugares seguros para tocar.
Así nació “Brava”, que comenzó con una tocata, pero luego incluyó producción, mujeres detrás de escena, solistas y otros temas. Lamentablemente, dejé de estar en el colectivo por temas de tiempo, pero de todos modos, siempre sigo generando lazos con otras mujeres para seguir creciendo y facilitar el camino a las futuras generaciones. Eso es elemental para seguir consolidando la carrera.
En ese sentido, ¿cómo percibes la evolución del rol de las mujeres en la música en el Biobío? ¿Han aumentado las oportunidades o persisten grandes desafíos?
—Yo creo que, si bien desde que comencé hasta ahora ha habido una evolución, claramente siempre uno se da cuenta de que aún falta más, especialmente en términos de equipo. Casi todas las partes locales siempre son lideradas por hombres. Ellos deciden quién toca y quién no. Entonces, por ahí falta más presencia femenina en ciertos espacios. Sin embargo, no hay que crucificar lo que ya se ha hecho, porque de cierta manera ha habido avances.
El REC ahora está mucho más balanceado, con una presencia femenina mucho más grande y con proyectos muy buenos. Concepción tiene una escena artística súper nutrida y, esencialmente, las mujeres forman una parte fundamental. Pienso que el aporte femenino local es valioso; además, para una mujer todo es más exigente, tanto en lo visual como en lo sonoro. Creo que el talento de las mujeres tiene que sobresalir más y siento que todavía no existe una balanza equitativa en cuanto al valor personal de cada una de nosotras.
¿En qué estás trabajando actualmente? ¿Cuáles son tus proyectos para el periodo 2024-2025?
—Bueno, hace poco lancé mi último single, que se titula «Pa’ que estemos tú y yo», una propuesta romántica, con mucha sensualidad. Ese tema irá acompañado de un video que vamos a lanzar antes de que termine el año, por ahí por diciembre. Luego de eso, ya viene el disco que estamos preparando para mediados del 2025, y principalmente estoy apuntando a giras e internacionalización de la carrera.
El próximo año vamos a estar tocando en distintos países, así que estoy emocionada por todo lo que se viene en el proyecto, pero también con mucho foco y paciencia en los procesos creativos, que es donde ahora estamos concentrados al máximo.
Finalmente, si pudieras dar un mensaje a las lectoras de Empoderadas, especialmente a aquellas que sueñan con dedicarse a la música, ¿qué les dirías?
—Yo creo que sigan su corazón, eso es lo más importante, porque al final, si te das cuenta, uno siempre tiene claro su propósito en lo interno, pero a veces aparecen barreras exteriores que te dicen que no puedes. No hagas caso a esas voces externas y sé fiel a ti misma. Creo que esa semilla está puesta en ti por algo, y solo tú la puedes desarrollar. Así que lo más importante es empezar a mirar el valor que tienes adentro para poder sembrar todo lo que está fuera.

Para conocer más sobre su carrera, te invitamos a buscar a Fernanda Leiva en las siguientes plataformas: Spotify, Instagram, Facebook y Youtube.