Pebbles Mago es migrante. Salió de su país en busca de mejores oportunidades. Su primera parada fue Brasil, y luego Chile. La ciudad de Coronel fue el destino que escogió desde hace 4 años, ya que en la ciudad minera tenía una hermana. A sus 36 años se ha reinventado, psicóloga de profesión, no tuvo temor a desempeñarse en la industria pesquera en labores que poco o nada tenían que ver con su formación académica.
Está contenta y orgullosa de lo logrado hasta hoy, se siente una chilena más, pues aquí encontró el sustento que le permite vivir tranquila. Le gustó Chile, dice lo que más la impresionó a su llegada fue el ver cómo los chilenos se levantan de las tragedias. “Por primera vez vi la organización de ollas comunes, o el noble gesto de dejar una casaca en la calle para que quien tenga frío la lleve. La solidaridad me ha impactado como la mejor característica de los chilenos”, destacó.
Su primer empleo fue como garzona en un restaurante local, “Me quedé sin trabajo en la pandemia, y luego vino la mano de Dios. Hablé por teléfono con una amiga, quien me contactó con otro venezolano y él me incluyó en una empresa contratista como supervisora”. Su destino ya estaba escrito, debía desempeñarse en la planta harinera de FoodCorp, en Coronel.
“No sabía nada de pesqueras, yo no conozco ninguna pesquera en Venezuela, no sabía ni que existía la harina de pescado, me impresionó el nivel industrial y todo lo que conlleva el proceso, para mí fue todo un aprendizaje técnico, es un proceso muy delicado. También aprendí a manejar una grúa horquilla”, cuenta.
Como todo inicio hubo luces y sombras, “fue maravillosa la recepción, sin embargo, tuve dificultades…hay mucho machismo, y nunca me había tocado enfrentar este tipo de situaciones, me hacían sentir inútil y que no tenía capacidad de aprender, me mandaban a hacer el aseo, por ejemplo. Se me hizo fácil el “ensaque” y entendí que tenía capacidad. Con el paso de los días fueron abriéndose a colaborarme más, un ambiente absolutamente masculino. Pero era una cuestión de conveniencia mutua. Mientras más yo aprendiera sería de más ayuda para ellos, y no tenía la intención de quitarle el puesto a nadie”, explica.
La psicología la ayudó para abrirse un camino, enfrentar los muros. “Comencé a trabajar en la parte operacional, mi estrategia fue saber de todo, de molinos y ensaques, luego en secadora, en la planta evaporadora”. Finalmente sus compañeros entendieron que el beneficio sería para todos, por lo que le enseñaron muy bien, y al año exacto, FoodCorp le ofreció la oportunidad de un contrato en la planta.
Pebbles cree que “debemos unirnos entre hombre y mujeres para obtener mejores resultados laborales. Chile es una tierra fértil, una tierra de gracia, tenemos buenas oportunidades y hay que cuidarlas”, sólo el clima sigue siendo hostil, “aunque sea verano tengo frío”, concluye Pebbles Mago.
