Tradicionalmente en nuestro país, el ingreso a determinadas profesiones se encuentra condicionado por estereotipos de género y el rubro de la salud no ha estado ajeno a ello, siendo una de las áreas dominadas en la actualidad por mujeres.
Dentro de los últimos años en Chile, las estadísticas arrojaron que del total de los profesionales de la enfermería, un 88,3% eran mujeres, mientras que el 90% eran matronas o profesionales de obstetricia, cifras que nos permiten vislumbrar que es un hecho que en instituciones del área sanitaria exista una gran presencia femenina en todas sus unidades, siendo transversal en las áreas clínicas y administrativas. En ese sentido las estadísticas de Clínica Chillán también nos aporta nuevos datos que revelan que en un grupo de 436 colaboradores internos, el 83% son mujeres y el otro 17% son varones. Siendo el 37% Tens, el 14% enfermeras, y el 22% se desenvuelve en el área de recepción y secretaría.
La pandemia, sin duda, también ha desafiado al área de la salud dando paso a potentes liderazgos femeninos que han participado con fuerza en la primera línea de la contingencia sanitaria.
Rol de la mujer
Si bien en la organización donde predominan las mujeres existe una dinámica especial para la resolución de conflictos, en el apoyo entre colegas y en el trabajo en equipo, Mónica Jiménez, Gerente General de Clínica Chillán afirma, “diariamente podemos estar enfrentadas a diferentes circunstancias, y que cuando el problema es común, nos sabemos agrupar fuertemente para solucionar y apoyarnos en que se resuelva rápido. Eso nos pasa en la realidad y funciona perfectamente para que fluya nuestro trabajo”.
En cuanto a la productividad “no existe ninguna diferencia en los resultados que se logran en un ambiente de trabajo con mayoría femenina y uno donde predominan los trabajadores hombres, todo va en la motivación y el clima laboral que se genere. Para ello es importante reforzar cual es la misión de las organizaciones y la comunicación constante”, menciona la ejecutiva.
Perspectiva femenina en el liderazgo
Las aptitudes, adaptación al cambio y sobretodo que las personas cuenten con habilidades interpersonales para generar la confianza que se necesita para obtener información a través de la comunicación transversal, eso es clave para quienes están en puestos de liderazgo en cualquier empresa sin considerar el género. Sin embargo, Mónica Jiménez menciona, “siento que las mujeres somos más estructuradas, también por un tema cultural podemos hacernos cargo de varias cosas importantes a la vez, acciones que no son muy diferentes a cuando diriges una compañía, donde debes estar pendiente de muchos detalles para lograr un objetivo. Asimismo, y por sobretodo, las mujeres poseemos mayor libertad en la expresión de las emociones que nos permite reconocer y también corregir en forma oportuna cualquier situación que nos bloquee el cumplimiento del objetivo principal”.
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En una sociedad que aún aspira a transformaciones de fondo, las organizaciones juegan un rol clave al momento de generar cambios y mayor participación y liderazgo de mujeres. Este desafío, sin duda también va de la mano de la descentralización, un tema importante a nivel país que ha sido difícil de lograr durante años y que va en paralelo con las políticas públicas en distribución de recursos y también en privados que deseen invertir en regiones alejadas de la capital.
“Se necesitan muchos líderes dentro de la organización donde se defina el estilo claro de cómo quieres liderar, y que tengan espíritu de cumplir objetivos, y eso se logra con pasión por lo que haces, sólo así logras contagiar y llevar un equipo a disfrutar de buenos resultados, y eso va más allá del género”, aseveró la profesional ejecutiva.
Frente a eso, el desafío está en pensar la distribución del poder y el diseño de las instituciones a lo largo de todo el país, aunque también es necesario reflexionar que más allá del género femenino en una alta dirección, importante es tener buenos líderes que adviertan las necesidades de quienes les colaboran y de sus pacientes.
