Generalmente la llegada del otoño nos recuerda que el verano a acabado, y con ello comienza el frío, nuestras ropas cambian, hay menos sol, y más viento. Pero hoy vengo a invitarlas a detenerse y remirar esta estación. La naturaleza y su sabiduría nos muestran la necesidad de parar, el florecimiento y posteriores frutos que vivenciamos en la época estival, requirió de un gran esfuerzo, de una gran energía invertida en el proceso de producir, sin embargo, Pachamama dice que es tiempo de descansar, de renovar fuerzas para iniciar nuevamente el proceso en primavera de soltar, como la mayoría de las plantas deja ir lo que ya sirvió, se desprende de lo que está en superficie para poner fuerza dentro, en los troncos y raíces. Lo hermoso de todo, es que nosotras somos parte de esta madre tierra, y podemos sintonizar con ella, sus tiempos y sus ciclos. Sus pausas pueden ser las nuestras, y el tiempo de irnos hacia adentro puede llegar a nosotros de la manera más natural, sin forzar, sólo deteniéndonos a contemplar esa hermosa transformación y siendo parte de ella.
¿Cómo llevamos a cabo este proceso? Cómo nos renovamos entonces? Primero deberíamos preguntarnos si somos las mismas que ayer, que hace un año, seguramente la respuesta es no, esa sería una contestación sincera. Podemos engañarnos y actuar como si no fuera así. Podemos vivir desde la zona de confort en la que existimos con el “piloto automático” encendido, creer y convencernos que somos estables, pero esa es una creencia limitante, es un estado dormido de la consciencia, porque la realidad es que somos almas que fluctuamos, y cada año, nos trae una reflexión y una oportunidad de renacer. Nada es para siempre, todo cambia, todo pasa, lo bueno, lo no tan bueno, aquello que nos duele, y aquello que nos hace felices, y cada evento deja una huella en nosotras, en nuestro cuerpo, en nuestra mente y en nuestra alma. Ya lo dice la canción “Cambia…todo cambia”. Pero ¿somos conscientes de qué ha cambiado en nosotras? Esta es sin duda la primera de muchas preguntas que pueden surgir en este renuevo, en este cambio de piel, pero vienen más cuestionamientos, tales como, ¿queremos hacernos cargo de ello, de estos cambios? ¿Queremos mirarlos de frente y sin temor? ¿De verdad lo queremos? Y entonces, ¿qué nos hace falta para actuar? Tantos distractores, trabajo, estudio, familia, y otros, ¿cuándo será el momento perfecto? La respuesta es, el momento perfecto es ahora, es hoy, somos nosotras las protagonistas de nuestra vida y de todos nuestros cambios. Si somos conscientes de ello reconoceremos como nuestras flores y frutos tendrán más color y brillo, y así podremos conectarnos cada vez más con nuestra misión en esta dimensión en la que existimos.