Por Mariagracia Lorca Valdés
Con un 31%, Chile ocupa el segundo lugar en Actividad Empresarial Total en Etapa Temprana de mujeres, según el informe Global Entrepreneurship Research Association (GEM). Aunque el emprendimiento femenino en Chile está en auge, persisten entornos desafiantes para las emprendedoras.
El proyecto GEM es una iniciativa internacional a la que Chile se asoció en 2022, con el objetivo de medir la actividad emprendedora de manera transversal. Algunos de sus estudios están enfocados en el emprendimiento femenino, como el informe “Women’s Entrepreneurship Report: Challenging Bias and Stereotypes”, publicado en 2023, en el cual Chile se posicionó en el tercer lugar del ranking mundial en la categoría de negocios liderados por mujeres con un 25%.
De esta manera, los resultados reflejan que en comparación con años anteriores, Chile sigue avanzando en la disminución de la brecha de género en la actividad empresarial. Sin embargo, estas cifras disminuyen al hablar de mujeres propietarias con empresas establecidas, ya que solo es un 5%.
“Los hombres emprenden por oportunidad de negocio, las mujeres por necesidad”
En relación con las cifras de informalidad, la encargada de la Oficina Municipal de la Mujer de Concepción señala que: “al hablar de autonomía económica, específicamente al revisar los emprendimientos de mujeres, uno de los desafíos que existe es la formalización de estos emprendimientos. Esta realidad está dada en gran medida porque las mujeres ejercemos distintos roles, lo que limita poder dedicarnos 100% en estas empresas”.
“Por lo mismo el emprendimiento de mujeres ha aumentado en los últimos años, porque al dedicarse a tareas de cuidados, se les hace necesario buscar trabajos que no les demanden una jornada laboral completa, sino que buscan la autonomía económica por medio de la informalidad o emprendimientos donde puedan manejar sus tiempos”, agregó la encargada.
Además, una encuesta realizada por Chile Converge en 2023 reveló que un 32% de los emprendimientos femeninos están formalizados, en contraste con un 56% de emprendimientos informales y un 13% con intenciones de formalizarse.
En este sentido, para Camila Jarpa, encargada de la Academia de Fomento de la Municipalidad de Concepción, la informalidad está relacionada con la dificultad del acceso a recursos que les permitiría establecerse. “Si bien es cierto, existen mecanismos de apalancamiento de recursos a través de instituciones públicas como por ejemplo SERCOTEC, FOSIS y CORFO, el acceso a esta oferta aún representa una gran brecha digital para postular”, señaló la funcionaria.
Potenciar el emprendimiento femenino
Con el panorama actual, el aumento de emprendimientos femeninos ha evolucionado en paralelo con las instancias para fomentar a nuevas empresas. Estos diferentes espacios presentan sus propios retos como la brecha de género, procesos de postulación y precisamente la necesidad de formalidad. Lo anterior, se relaciona con las cifras indicadas por el GEM que revelan que las emprendedoras en Chile abarcan en un 50% el sector mayorista y retail.
Tal como se observa en el comercio, las mujeres han distribuido sus ventas principalmente a través de tiendas físicas locales, redes sociales, ferias o espacios colaborativos. De acuerdo a lo mencionado el estudio realizado en 2022 por la Asociación Chilena de Seguridad, los emprendimientos femeninos hacen un uso más intensivo de la tecnología, tanto para sus procesos de venta como para sus procesos logísticos ( solo un 33% del emprendimiento femenino es 100% físico).
Además de estos espacios, las casas de estudio, también se han posicionado como aliados del emprendimiento femenino. Ejemplo de ello precisamente es IncubaUdec, que desarrolla iniciativas para apoyar el progreso de empresas. Según el Coordinador de Emprendimiento, «desde IncubaUdeC, nuestra planificación estratégica 2022-2025 incluye desarrollar servicios para los emprendimientos asociados a la equidad de género. Esto en la práctica se ve reflejado, por ejemplo, en el programa Conectadas, un programa de formación con más de 90 emprendimientos apoyados, liderados por mujeres” aseguró.
Emprender por pasión y necesidad
A pesar de los desafíos persistentes, muchos ejemplos de mujeres emprendedoras en Chile demuestran la notable capacidad para continuar adaptándose y creciendo en un entorno complejo. Como es el caso de Isabel Barrera y Marisol Poblete, dos emprendedoras chilenas que, motivadas por su pasión y la necesidad de generar ingresos adicionales, han logrado combinar sus intereses personales con su vida profesional.
Por una parte, Isabel, estudiante y trabajadora, reunió su afición por las plantas con un microemprendimiento en proceso de formalización, “en momentos en que no contaba con un empleo, las ventas de mis plantas me ayudaron a cubrir gastos básicos. Sin embargo, también he enfrentado desafíos, como la competencia en ferias, ya que a veces se da preferencia a emprendedores de la zona o con más antigüedad, y en otras ocasiones son pagadas y no siempre resulta rentable”, afirma la joven emprendedora.
En la otra vereda, Marisol, divide sus tiempos entre tareas de crianza y cuidado y su profesión. Apasionada por la repostería casera, ha creado un microemprendimiento aún informal, donde ofrece productos artesanales. “Empecé hace poco más de un año usando la cosecha de árboles frutales de mi casa. Pero no me he dedicado completamente a esto porque tengo un trabajo estable, aún así, continuo porque sumé una pequeña cantidad de personas que han conocido mis productos”, explica Poblete.
De acuerdo a sus testimonios, se observa como aunque ambas mujeres, mantienen otros empleos, han encontrado en estos proyectos una vía para canalizar su creatividad y fortalecer su autonomía económica, como es el caso de muchas otras emprendedoras.
La experiencia de Alison y Marisol, es parte de lo que refleja la realidad del emprendimiento femenino en Chile. Un espacio que continúa creciendo, con un aumento del 35% en los últimos tres años. De acuerdo a las proyecciones, se espera un futuro alentador para las mujeres y su lucha por la disminución de brecha de género en el mundo laboral y empresarial. Aunque persisten desafíos como la formalización y el acceso a beneficios, se espera un incremento en el apoyo a estas nuevas empresas, que contribuyen a buscar igualdad de oportunidades y reconocimiento del rol de estos negocios en la economía chilena.
