Por Mariagracia Lorca Valdés
Apenas el 0.5% de las figuras históricas representadas en los libros de texto son mujeres, y solo un 30% de quienes investigan en ciencias naturales y humanidades son personas de género femenino, según señala ONU Mujeres. En respuesta a esta alarmante invisibilización, tres estudiantes de posgrado de la Universidad de Concepción lanzaron en octubre de 2023 el podcast Históricas, un espacio en la Radio UDEC que busca reivindicar y destacar el papel de las protagonistas en la historia.
La iniciativa, creada por Al Nur Sabag, Rose Marie Espinoza y Jana Aravena, aborda desde una perspectiva feminista las historias de mujeres que han sido olvidadas en el relato histórico tradicional, junto a temáticas que hoy en día les siguen afectando.
Para Al Nur Sabag, licenciada en Historia de la Universidad de Concepción y estudiante de posgrado en la misma casa de estudios, el proyecto Históricas no solo es un podcast; es una respuesta a la falta de representación que ella misma experimentó desde pequeña. “Ha sido un proceso muy bonito de nosotras tratando de aportar a las demás y también, internamente en nuestro proceso creativo, hemos aprendido”, asegura Al Nur.
De ascendencia libanesa y criada en un ambiente predominantemente femenino, Sabag creció cuestionando por qué en los libros de historia las figuras femeninas eran pocas y, en su mayoría, representadas bajo estereotipos negativos. Su búsqueda por «encontrar a las mujeres en la historia» fue lo que la motivó a estudiar esta disciplina y, junto a sus compañeras, a iniciar este proyecto que invita a reflexionar sobre la presencia y el legado de las mujeres en distintos momentos históricos.
De esta manera, Al Nur se sintió motivada desde pequeña a explorar las historias que rara vez figuran en los currículos académicos. En esta entrevista, nos cuenta cómo su experiencia personal y su compromiso con la equidad de género la llevaron a impulsar Históricas.
¿Cómo influyeron tus experiencias personales en la formación de tus ideales actuales?
—Siempre fui una niña muy curiosa y me gustaba mucho la historia. Me rodeaban muchas mujeres en mi familia, que viene del Líbano, así que, de alguna manera, tenía ese choque cultural; notaba que, internamente, teníamos una cultura distinta. Me daba cuenta de que la historia y la cultura las podía vivir en carne propia.
Además, estuve en un colegio de mujeres durante toda mi vida. Me gustaba mucho la historia, pero nunca aprendí sobre ellas, y ahí me pregunté por qué en el currículo académico no hay historia de personajes femeninos. Cuando aparecían, a menudo eran las “malas” o solo las “destacadas”, las que hicieron grandes y malas cosas, como es el caso de la Quintrala, Javiera Carrera, Gabriela Mistral, etc. Entonces, yo me preguntaba dónde estaban todas.
Esto me llevó a estudiar historia; dije que quería encontrarlas e investigarlas. Si bien es ambicioso, quise, al menos, darles un pedacito desde mi papel y pluma en torno a lo que hago, dándoles su espacio.
A pesar de que en mi carrera conocí a profesoras magníficas que me ampliaron un mundo, creo que la historia es una disciplina machista; faltan referentes femeninos, sobre todo para las niñas o mujeres que les interese estudiar historia.
¿Cómo surgió la idea de crear el proyecto Históricas?
—Con Jana y Rose nos conocimos trabajando en el Archivo de Sala Chile, en la Biblioteca Central de la UDEC, y además estudiábamos un posgrado en historia. A las tres nos interesaba la historia de las mujeres; conversábamos de eso y siempre estábamos escuchando podcast, entonces se nos ocurrió la idea de grabar uno.
Además, cada una de nosotras tiene diferentes líneas investigativas: Rose se especializa en historia de la Edad Media y Moderna, yo en historia del siglo XX y de la moda, y Jana en historia de la filosofía y de género, así que teníamos todo un repertorio y dijimos que no perdíamos nada preguntando. Mandamos un correo a Radio UDEC, presentamos nuestra propuesta de un podcast de historias de mujeres y nos respondieron que justo estaban abriendo espacios y les interesaba la idea.
Así inició la propuesta, en nuestro encuentro en archivos, nos preguntamos dónde estaban las mujeres, porque en este tipo de espacios, es cuando uno como investigador revisa sus fuentes, y sin ellas no se puede realizar un trabajo. Estando en este lugar, nos dimos cuenta de que no había ninguna figura femenina y nos cuestionamos: si no hay, ¿cómo vamos a hacer historia las mujeres?
¿Qué papel desempeñan las ideas feministas dentro de esta iniciativa?
—Yo soy de la postura de que la historia se hace con las personas, y creo que no sirve de nada, como investigadoras, sacar un libro y que quede en la academia; es importante bajar la historia a una forma más divulgativa.
Como el caso del resquemor que generó en la academia la llegada de los libros de Baradit sobre la historia de Chile: la gente los compraba, los leía y les gustaba, y ahí te das cuenta de que a las chilenas y chilenos les gusta la historia, pero no les gusta la forma en que la escriben los historiadores.
Esa es la propuesta y el desafío que tenemos que llevar desde lo académico: que la historia se hace con las personas, las mujeres, los niños y los hombres, hablando sin tanto tecnicismo ni volteretas. Esta es una disciplina entretenida, aún más si se trata de mujeres, que son sujetos que han sido invisibilizados en el relato histórico hegemónico, y es por eso que nace la instancia de Históricas.
Sin embargo, aunque se puede hacer historia feminista, cuando nos posicionamos desde el feminismo, aún hay casos en los que te tildan de estar cegada por un pensamiento político, pero con posiciones de izquierda o derecha esto no pasa, como si sucediera solo con el feminismo.
¿Cómo ha sido el proceso creativo para desarrollar contenido con un enfoque feminista?
—Desde que establecimos la idea, comenzamos a tirar muchos temas, porque todo el contenido que conversamos tiene que ver con nuestro contexto actual y también con cosas que nos pasan diariamente a cada una. Así que no es que surjan temas que estén planeados, sino que guardan relación con lo que nos va pasando.
La forma en que generamos la pauta es primero con una introducción, luego el desarrollo del tema, lo situamos en Chile, después lo llevamos a ejemplos concretos y terminamos con una recomendación. Estas partes las distribuimos dependiendo de nuestra especialidad. Por ejemplo, como te decía, Jana estudió filosofía, por lo tanto, siempre comienza con la introducción; luego, Rose, que se especializó en historia universal, hace el panorama más general, y yo lo sitúo en Chile.
Al final, si bien hay una pauta, nos juntamos en una reunión que intentamos que no dure más de 40 minutos, porque llegamos a la conclusión de que, si lo conversamos mucho, más fome sale. Es decir, sabemos lo que vamos a hablar, pero que al grabar surja una conversación no tan pautada. Sin embargo, aun así, vamos dándole cierto orden a los capítulos con la idea de que se vaya aprendiendo unos de otros.
¿Cuáles son tus proyecciones a futuro, tanto a nivel personal como para el proyecto?
—A las tres nos encanta el podcast; lo consideramos nuestra hija, lo disfrutamos mucho. Sería interesante poder subirlo a otras plataformas; es un desafío, quizás poder grabarnos, porque ahora solo vamos a hablar, no nos hemos involucrado en el proceso de edición, porque la radio siempre nos ha apoyado en ese sentido y estamos súper agradecidas por ello. Pero sería muy entretenido hacer un video y subirlo a YouTube. Tal vez no tendría el mismo alcance; sin embargo, así tendríamos un canal propio.
Además, por ahora tenemos buen alcance en oyentes y seguidores en Instagram, y no pagamos publicidad, así que quizás invertir en esto y llegar a más público.
¿Por qué crees que es relevante visibilizar la historia de las mujeres?
—Es tan importante como saber de cualquier cosa. Somos sujetas que siempre hemos estado, pero parece que en la historia no. Cuestionarnos por qué existe la historia de las mujeres creo que ya debería decir algo. La necesidad de que existan podcast, disciplinas o un área como historia de las mujeres nos dice que hemos sido sujetas invisibilizadas dentro del relato.
Esta instancia de Históricas invita a reflexionar sobre la presencia de las mujeres, pero no desde una visión desvalida, porque muchas veces, al intentar reconocerlas, se cae en esto. Nosotras no; intentamos empoderarlas y ese proceso ha sido muy bonito, de hacerlo entretenido para los y las oyentes.