Por Geraldine Manríquez Plaza, profesora de emprendimiento.
Cuando decidí monetizar mi emprendimiento, me enfrenté a una realidad que muchos emprendedores y emprendedoras conocen demasiado bien: no lograr generar ingresos constantes.
Organizaba webinars y ofrecía sesiones de claridad de tan alto valor que se llenaban de asistentes agradecidos y motivados; sin embargo, a pesar de toda la energía positiva y del valor entregado, las ventas no se materializaban.
El problema no era el contenido —valioso y bien recibido— sino la forma en que lo estructuraba. Mis webinars eran demasiado extensos, superaban la hora de duración y estaban saturados de información y ejercicios. Como resultado, sin darme cuenta, entregaba tanto valor que los asistentes se marchaban convencidos de que ya lo sabían todo y lo peor: era como si yo permitiera que se fueran con la falsa impresión de que no necesitaban seguir aprendiendo. En otras palabras, mi curso, diseñado para guiarlos paso a paso, les parecía innecesario.
Con el tiempo, comprendí que una estrategia gratuita efectiva no consiste en saturar de conocimiento sin una estructura definida, sino en construir un puente que conduzca al siguiente paso. Por muy intensos que sean los esfuerzos, en un webinar o una charla resulta imposible transmitir todo el conocimiento y la experiencia necesarios para obtener resultados tangibles. Esto se debe a que el aprendizaje requiere práctica, retroalimentación y tiempo, especialmente para adultos que deben equilibrar su atención entre el trabajo, la familia y su negocio.
En definitiva, entendí que mi rol no era ser una enciclopedia que lo explicara todo, sino una guía que inspirara y mostrara una forma diferente de hacer las cosas. Se trataba de transformar el paradigma que mi audiencia había mantenido durante tanto tiempo. Actualmente, mis webinars no solo empoderan a quienes participan, sino que también me permiten crecer y sostener mi emprendimiento.
Si te sucede lo mismo, recuerda lo siguiente: no se trata de ofrecer todo el conocimiento, sino de mostrar el camino correcto. Porque intentar abarcar demasiado en un webinar puede resultar contraproducente para nuestro cliente ideal, ya que solo lograríamos hacerle creer que ya posee todo lo necesario para triunfar. Eso no es así, porque en realidad les falta lo esencial: el “cómo” y es precisamente eso lo que se enseña en cursos y mentorías, pues resulta imposible transmitir años de experiencia en tan solo una hora y media si queremos que obtengan resultados reales.
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