Enero es un mes importante para la historia electoral de nuestro país, así como en la lucha por la igualdad de género. Fue un 18 de enero de 1934, en que se estableció por primera vez que las mujeres en Chile podían participar de un proceso electoral. Este acto se materializó la entrada en vigencia la ley N°5.357 que fijó el proceso de las elecciones municipales. En su artículo 19 estableció por primera vez que las mujeres en Chile tienen derecho a sufragio, en este caso para las elecciones municipales. Además, pueden optar al cargo de regidora (alcaldesa en la actualidad).
Un hecho sin precedentes, pero que representó décadas de lucha por parte de las mujeres en nuestro país, por un derecho tan básico en toda sociedad democrática que es el sufragio. Un tema que se inició en la segunda mitad del siglo XIX, con el arribo de los gobiernos liberales en Chile. En paralelo se inició de manera gradual un movimiento de agrupaciones de mujeres, con el fin de exigir el derecho a sufragio. Si bien la constitución de 1833 no estableció de manera explícita una prohibición al respecto, tampoco dejaba consignado alguna norma que permitiera su participación. En otras palabras, un vacío legal. No obstante, una reforma posterior a la carta fundamental cerró toda posibilidad de que puedan ejercer tan importante acto cívico.
No obstante, a principios del siglo XX las cosas cambiaron. Poco a poco diversas agrupaciones y destacadas dirigentes de organizaciones políticas y sociales, comenzaron a instalar el tema del derecho a sufragio, no exento de dificultades dado el machismo imperante. En la década del treinta finalmente iniciaron este recorrido, con la aprobación de la ley N°5.357, que entre sus artículos estableció el citado artículo que permitió el sufragio femenino.
Gracias a esta ley, las mujeres participaron por primera vez en un proceso electoral, específicamente en los comicios municipales del 7 de abril de 1935. En esta elección se presentaron 98 mujeres como candidatas, resultando elegidas solo 25. Un hecho prácticamente desconocido para nosotros, pero representa un paso importante por la igualdad de derechos, que se consagraría, al menos en el papel, años más tarde con el sufragio universidad. Me refería en el papel pues estamos conscientes que en la práctica aún falta mucho por hacer en esta importante materia.