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VIH con rostro de mujer, una realidad silenciosa

En el mundo más de 34 millones de personas viven con VIH y de acuerdo a estudios de ONU Sida de este grupo el 54% corresponde a mujeres y niñas. Pese a que las cifras a nivel global son altas, en nuestro país, el informe epidemiológico “Estimaciones poblacionales sobre VIH en Chile 2021” reveló que 13 mil de 84 mil personas que viven con el virus, son mujeres mayores de 15 años, lo que las sitúa en una baja concentración porcentual en relación a los hombres. Bajo ese contexto, la realidad de ellas ha estado rodeada de silencios y mitos que han invisibilizado su mundo cotidiano. ¿Qué significa entonces para las mujeres este diagnóstico?, ¿cómo impacta el VIH en sus experiencias de vida?

Conociendo el VIH

El Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH), ataca el sistema inmunitario de la persona infectada y puede ser transmitido por vía sexual, sanguínea o perinatal. En el caso del término SIDA, se habla de este último cuando alguien se encuentra en la fase más grave de la infección por el VIH.

Consultada por la forma de detección, Carolina Fuica, matrona de la Universidad de Concepción explica que el virus puede ser detectado a través del test de Elisa y que en el contexto de las mujeres hay casos en los que ellas se enteran principalmente en el marco de sus controles o exámenes de rutina en los centros de salud.

“La transmisión por vía sexual es una de las más habituales y para prevenir, el método de barrera va a ser efectivo,  porque va a evitar el traspaso de fluidos. El condón es la base de todo, aunque hoy se habla de otras opciones como la PrEP (profilaxis prexposición), que es una pastilla preventiva y también está la PEP (profilaxis posexposición) que se debe usar dentro de las primeras 72 horas para que tenga efecto. Hay varias alternativas, pero la más masificada actualmente es la del condón. En el caso de relaciones lésbicas se puede usar el preservativo, modificando su estructura, aunque también se podría comprar uno adecuado” explicó la profesional.

Aún cuando hoy hay más acceso a este y otro tipo de información sobre el tema, hay diversos mitos y creencias fuertemente arraigadas, como por ejemplo, que una mujer no debería tener hijos e hijas, o bien que su parto debe ser exclusivamente por cesárea, algo que ha cambiado en el tiempo.

“Tienes que tomar muchas decisiones, primero decidir si quieres quedar embarazada estando en esa  condición, porque tienes la posibilidad de tratamiento y lograr que la carga del virus en el cuerpo sea indetectable, lo otro es el tipo de parto. No es obligatorio tener una cesárea sí o sí porque estás con VIH, también se podría tener un parto normal, sin embargo hay que tener mucho más cuidado porque es por esa vía por la cual podría contagiarse un feto, entonces tienen que considerar sus exámenes, cómo está la carga viral, que antirretrovirales está tomando. Sobre la lactancia, hoy el sistema de salud puede cubrir esa necesidad” agregó Carolina Fuica.

Rol desde el activismo

Otras creencias que siguen vigentes en nuestra sociedad, son aquellas que señalan que los hombres se contagian por causa de relaciones principalmente homosexuales y también la idea de que las mujeres que tienen el virus, se contagian a raíz de una vida promiscua.

Para derribar estos estigmas y luchar por más derechos, hoy el activismo ha cobrado profunda relevancia. Ese es el caso de la trabajadora social Susana Unzaga (49), quien desde su experiencia personal, tras ser diagnosticada con el virus,  se ha transformado en una portavoz, primero en la Agrupación Belona (año 2000) y posteriormente en la Agrupación de Mujeres viviendo con VIH, iniciada el año 2013 en Valparaíso.

“Salí de un colegio de monjas, entré a la universidad y en ese tiempo tuve una relación formal por tres años. Un año después de terminar, mi (ex) pololo me dijo que tenía VIH. Me enteré cuando tenía 26, al principio pensé en él y lo apoyé, pero después entendí que yo también estaba en riesgo y fue muy difícil, sentí mucha culpa, sobretodo porque venía de una familia católica, donde el mandato era llegar virgen al matrimonio. Me hice el examen y afortunadamente tuve una muy buena consejera, a quien le pregunté si existían agrupaciones de apoyo para mujeres”, recuerda Susana Unzaga.

Luego del diagnóstico, relata que vivió un complejo periodo personal, debido a la carga moral existente y el miedo a la reacción de sus padres, a quienes por varios años ocultó su situación. “Es un camino difícil, me he enfrentado a discriminación de pareja y en los primeros años el VIH era para mí una carta de presentación. También me encontré con discriminación en otros contextos, pero llegó un momento en que los doctores me pidieron que hiciera consejería a otras mujeres.  Ahí empecé a sentir que me veía reflejada en ellas y era gratificante poder ayudar a sanar los dolores y las violencias. Nosotras tenemos derechos y no pueden decidir sobre nuestros cuerpos” complementó Susana frente al caso de una mujer con VIH sometida a esterilización sin su consentimiento.

A raíz de los múltiples testimonios que ha conocido, para la trabajadora social, promover el autocuidado, el apoyo psicosocial y la educación sexual integral se ha transformado en una verdadera bandera de lucha. Tras la pandemia, la Agrupación de Mujeres viviendo con VIH se ha vinculado con entidades y casas de estudios, donde han podido desarrollar diversas actividades y recibir apoyo. “Nuestro sueño es tener algún día un centro de atención para mujeres con VIH, hoy las políticas públicas están más enfocadas en prevenir, que en acompañar a quienes estamos viviendo con el virus” concluyó Susana.

Un análisis desde las fundaciones

Sin duda, los desafíos siguen presentes y desde las fundaciones también tienen mucho por decir. En conversación con Francisca Lepe, directora de la Fundación Chile Positivo y Agustina Morales, trabajadora social e integrante de Fundación Savia, ambas coinciden con lo narrado anteriormente por Susana sobre la discriminación que aún persiste en las vidas de quienes son diagnosticadas, aunque también identifican algunos avances y desafíos.

“Desde el año 1994 he estado trabajando con  Fundación Savia. Antes era muy dramática la situación, no había políticas públicas que aseguraran el tratamiento, a veces las parejas se repartían las terapias  entonces no resultaba bien. Hoy uno de los desafíos es trabajar la prevención desde otra mirada, no solo haciendo énfasis en la fidelidad y la pareja única, hay que mostrar que toda relación debe ser protegida, apoyar la distribución del condón femenino, la barrera de látex y abordar la violencia y la educación sexual con enfoque de género”, comentó Agustina Morales.

De acuerdo a su testimonio, a través de la fundación ha podido ser parte del Observatorio de Políticas Públicas, donde la entidad hace monitoreo y seguimiento del contexto país, realizando investigaciones sobre adherencia a los tratamientos, condón femenino y la mirada de jóvenes hacia las campañas, entre otras iniciativas.

En paralelo, Agustina integra el Programa de Apoyo y Consejería. “Llegan personas recién diagnosticadas que quieren información sobre medicamentos y tratamientos. Tratamos que sea un programa integral y lo más amigable posible. Respecto a quienes asisten, en el último tiempo, ha aumentado la cantidad de personas extranjeras que vienen y en términos de género aún  llegan más hombres, además que a las mujeres también les preocupa dar a conocer su situación, principalmente por temor o como el estigma puede afectar a sus redes y a sus hijos e hijas, por eso también es importante contarles que hay agrupaciones de mujeres, porque así pueden ver la situación desde otro punto de vista, que se pueden fortalecer entre ellas y que no están solas”.

Este último enfoque también ha sido abordado por Chile Positivo. La fundación se ha enfocado en la prevención, realización de testeos y en incidir de manera política en la toma de decisiones, sin dejar atrás las redes de apoyo, “hemos hecho trabajo con grupos de mujeres con VIH, y nuestra fundación está completamente abierta a cualquier persona que lo necesite.  Creo que socialmente aún está muy instalada la idea del amor romántico y la prevención a partir de relaciones monógamas, cuando en realidad,  muchas mujeres se contagian en  contextos de relaciones heterosexuales estables. Debemos  incluir educación sexual que incorpore una mirada de género, la autoestima y la prevención de enfermedades de transmisión sexual, abordando los distintos métodos”,  cerró Francisca Lepe.

Para más información, quienes deseen comunicarse con alguna de las organizaciones o profesionales mencionadas, pueden buscar más orientación en las siguientes redes sociales. (click en el nombre) Fundación Savia, Fundación Chile Positivo, Matrona Carolina Fuica, Agrupación Mujeres Viviendo con VIH.

También, pueden revisar el sitio web del Ministerio de Salud, sobre prevención y control de VIH e ITS: https://diprece.minsal.cl/programas-de-salud/programa-vih-sida-e-its/informacion-a-la-comunidad-vih-sida-e-its/

1 comentario en “VIH con rostro de mujer, una realidad silenciosa”

  1. Queridas amigas de empoderadas medio y Paloma Castillo, agradecemos su mirada sensible y amorosa por acercarse a la realidad de las mujeres que viven con vih. Necesitamos su aporte desde los medios, para sensibilizar y lograr una buena vida para todos, en especial para las personas que vivimos con vih, sus familias y sus niños.gracias por tanto.

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