Existen narrativas que, aunque permanezcan en las sombras del tiempo, pueden emerger con una fuerza tal que resuenan en lo más profundo de nuestra sociedad. La vida de Edita Rindler (1913-1985) es una de esas historias. Esta mujer checa-judía, estuvo durante mucho tiempo relegada al olvido, entre fotografías y más de 500 cartas antiguas. Sin embargo, hoy sus vivencias vuelven a despertar en un documental gracias a Pamela Pollak, maquilladora, realizadora documental, guionista y sobrina nieta de la protagonista.
Edita, una de las primeras mujeres en estudiar diseño y arquitectura en la prestigiosa Bauhaus, se vio forzada a partir con su familia a la ciudad de Pucón en Chile, tras el cierre de la escuela por parte de Hitler y el creciente antisemitismo. En su posterior paso por Valdivia, se comprometió activamente en desmantelar parte de la red nazi, trabajando en transcripciones para el abogado Humberto Mewes. No obstante, con el surgimiento de la Guerra Fría y la promulgación de la Ley Maldita en Chile, Edita optó por retornar a Checoslovaquia, donde enfrentó la maternidad de manera solitaria y lidió con una serie de obstáculos, entre ellos problemas de salud mental, prejuicios, el encierro en un sanatorio, dificultades económicas, encarcelamiento y persecución política por parte del régimen estalinista, acontecimientos que no sólo impactaron en su desarrollo personal, sino también de manera profunda en el vínculo con su hijo Jarda.
Tras fallecer en 1985, las cenizas de Edita fueron trasladas desde Europa hasta Chile por Jarda, quien capturó con una cámara VHS algunos momentos familiares durante su recorrido por el sur. Lo que él no imaginaba, era que más de tres décadas después, su sobrina Pamela Pollak lo contactaría en un viaje a Berlín, para completar la película pendiente y armar el rompecabezas de este misterio familiar.
El inicio de todo
“Siempre me pareció atractivo el tema de la Segunda Guerra Mundial, desde el colegio y también porque mis abuelos no querían hablar de eso. Justo coincidió que en ese tiempo vino Jarda a Chile y creo que ahí quedó plantada la semilla de querer saber más. En ese momento era adolescente, así que jamás me imaginé hacer una película. Una vez que mis abuelos murieron, tuve contacto con mi tío en Europa. En ese entonces, ya trabajaba en cine y estaba involucrada en el mundo audiovisual. Le dije, quiero que me cuentes tu historia porque a mí me parece fascinante y nunca la he entendido bien” comentó Pamela Pollak.
A partir de ese momento, la realizadora comenzó a recopilar información y a desarrollar investigaciones más formales. Además, obtuvo fondos para financiar este proceso y la redacción del guion. Su labor incluyó visitas a archivos, bibliotecas y sitios de memoria, como la Biblioteca del Congreso Nacional. Simultáneamente, Pamela llevó a cabo una investigación más informal que, en última instancia, le proporcionaría herramientas personales para entender la cercanía emocional hacia su tía abuela, a quien nunca conoció.
“Me tomó 11 años el proceso completo. Hay instancias que son más íntimas, familiares, o situaciones que tienen que ver con algo más específico o más particular y hay otras situaciones e instituciones que son parte de la historia mundial, como, por ejemplo, la Bauhaus, la Segunda Guerra, o el hecho de que ella haya sido trotskista” complementó Pollak.
La importancia de mirar el pasado
Para la directora era importante visibilizar la historia de su tía abuela paterna, a quien analizó a partir del relato de Jarda y las cajas con más de 500 cartas escritas con el puño y letra de Edita. A pesar que la guerra había terminado, mirar el pasado resultaba un proceso revelador, mostrando cómo ciertos patrones se repiten. La idea de que «ahora todo está bien» no era tan cierta como se pensaba y no todos estaban en paz ni tranquilos, lo que indicaba que los problemas aún estaban presentes y necesitaban atención.
“Cargamos muertos, cargamos una salud mental súper delicada, cargamos emociones y esas cosas de alguna manera se van perpetuando de una generación a la otra. Para mí el motor principal era decir, por favor, destapemos los secretos, hablemos de esas cosas que son difíciles, que son duras y lloremos juntos, por último, pero no lo pongamos debajo de la alfombra porque eso nos enferma como sociedad”, añadió Pamela Pollak.
Un proceso enriquecedor
La realizadora ha sido reconocida con diversos premios por su destacado documental «Edita». Entre ellos se encuentran el galardón al Mejor Documental en The Gladiator Film Festival en Turquía en 2024, el premio del Festival Audiovisual de Bariloche en Argentina en 2023, y la Mención Especial del Jurado por la mejor investigación en el FICMEC en Nador, Marruecos en 2023.
Además, su obra fue reconocida en el Close:Up Edinburgh Docufest en Escocia en 2023, y recibió una Mención Especial del Jurado en la competencia Largometraje Nacional en el FICIQQ 14 en 2022. Otros reconocimientos incluyen su participación en la Competencia Nacional en el FIDOCS en 2022, y su presencia en el Festival de la Cineteca Nacional (FECINA 11).
“Por una parte, para mí ha sido como conocer, entender, digerir, poder hacer el propio proceso, pero además hay un punto súper enriquecedor que ha sido todo lo que ocurrió después con la película ya estrenada. Recibir los comentarios de la gente y entender qué les hace sentido es especial. Siempre hay alguien que dice ´en mi familia también hay un pariente incómodo´. La respuesta del público ha sido de las cosas más preciosas, además, entender que es universal y que a la gente le resuena la historia”, sostuvo la Pollak,
Consultada sobre la trascendencia de dar voz a las mujeres, tanto a aquellas que ya no están como a las mujeres contemporáneas, Pamela reflexionó sobre la importancia de abordar las emociones socialmente reprimidas. “Aparentemente, somos las mujeres las que buscamos, las que escarbamos y somos las inquietas en cuanto a las emociones (…) A veces me dicen que Edita era feminista y yo honestamente no creo que ella se haya identificado con el feminismo como tal o con el concepto como lo entendemos hoy día, sino que ella simplemente quería ser libre, quería poder decir sus ideas, expresarse, ahí estaba su valor y hubo un entorno que no se lo permitió, como la guerra y el machismo”.
Respecto al mensaje que espera dejar en los espectadores, Pamela Pollak añadió que “Siento que es una película que el espectador puede sentarse a verla desde el corazón. Más que un pensamiento crítico, es como poder recibir todo. Hay un trabajo minucioso con las imágenes, hay un trabajo súper exclusivo y precioso con la música de la película. Es decir, de alguna manera hay muchas expresiones artísticas que están puestas ahí en honor a un guion, y que todas las personas que trabajaron, el equipo completo que trabajó para la película, lo hizo desde ahí, desde el amor”, concluyó.
En cuanto a sus próximos proyectos, la directora de «Edita» iniciará pronto su colaboración en el área de maquillaje en un proyecto liderado por el director Sergio Castro. Además, estará dedicando su tiempo a la escritura de un segundo guion relacionado con la historia de Edita, aunque aún no puede revelar más detalles al respecto.
Gracias a Miradoc, «Edita» se encuentra disponible en toda Latinoamérica a través de diversas plataformas de streaming, incluyendo Amazon Prime Video, iTunes, Google Play, Youtube, Totalplay, Izzi, y el espacio VOD de Miradoc en Vimeo. Para ver el tráiler, las personas interesadas pueden acceder aquí. Para obtener más información, visita miradoc.cl.