Si hablamos de redefinir el rol de las mujeres, la investigación doctoral de María Inés Alvaréz —abogada, socióloga y doctoranda en Historia— tiene mucho que aportar. La historia de esta transformación comienza a tejerse en Chiloé a fines de los años 70, con la consolidación de la industria salmonera, cuya llegada en 1976 marcó un punto de inflexión. Más que una fuente de empleo, este sector abrió un nuevo escenario para ellas, donde el trabajo asalariado no solo significó estabilidad financiera, sino también la oportunidad de organizarse, exigir derechos y acceder a espacios de decisión antes inaccesibles.
Así, el papel de las mujeres en Chiloé trascendió el ámbito económico y se convirtió en un motor de autonomía. De ser espectadoras del desarrollo productivo, pasaron a convertirse en protagonistas de su propio destino. A través del empleo en las salmoneras, muchas alcanzaron independencia económica, construyeron redes laborales y comunitarias y comenzaron a disputar un lugar en la vida pública. Su presencia en la industria no solo transformó su realidad individual, sino que dejó una huella profunda en la configuración política y social del territorio, impulsando una participación femenina más activa en la toma de decisiones y en la lucha por condiciones laborales más justas.
El acceso a un ingreso estable marcó un antes y un después en la vida de muchas chilotas. Hasta entonces, la mayoría dependía económicamente de sus familias o de trabajos informales y de baja remuneración. Pero el salario propio cambió esa dinámica: les otorgó mayor autonomía y les permitió asumir un rol más activo dentro de sus hogares y comunidades. Muchas de ellas se convirtieron en jefas de hogar, desafiando los roles de género tradicionales y abriendo camino a nuevas generaciones de mujeres con mayor independencia.
Pero el impacto de la industria salmonera no fue solo económico. A medida que el sector crecía, también lo hacía la conciencia colectiva de las trabajadoras, quienes comenzaron a organizarse en sindicatos y movimientos laborales. Exigieron mejores condiciones, salarios justos y seguridad en el trabajo, logrando avances significativos en la regulación del sector. Sin embargo, su organización no se limitó a lo laboral: también se tradujo en una mayor participación en políticas públicas y estructuras de poder local, llevando a muchas a ocupar cargos políticos partidistas en los convulsos años 70 y 80.
El trabajo en la industria salmonera también supuso una ruptura con la tradición que relegaba a las mujeres al ámbito doméstico y a labores informales. Su incorporación masiva al sector productivo no solo modificó la estructura familiar, sino que también alteró la dinámica social de sus comunidades. Con su presencia en el mundo laboral formal, desafiaron estereotipos de género profundamente arraigados y demostraron que podían desempeñar un rol activo en la economía regional. Este proceso, aunque lleno de desafíos, permitió ampliar los horizontes de futuras generaciones, que crecieron viendo a sus madres como trabajadoras y líderes dentro de su entorno.
A pesar de su importancia, la historia de estas mujeres ha sido en gran parte ignorada. Como explica Alvaréz, quien es también profesora de Historia Política y Administrativa y Sociología Histórica, la historiografía tradicional ha tendido a centrarse en los grandes procesos económicos y en los actores masculinos, dejando en segundo plano la contribución femenina en la industria del salmón. Además, la ubicación geográfica de Chiloé y su condición periférica han contribuido a que su historia quede fuera de los relatos nacionales.
Esta investigación busca llenar ese vacío, visibilizando el papel fundamental que desempeñaron las mujeres chilotas en la industria salmonera y en la transformación de su realidad económica y política. Su experiencia deja una lección que sigue vigente hoy: el acceso al empleo formal no solo brinda estabilidad económica, sino que también impulsa la organización, la incidencia política y el cambio social. Por ello, es fundamental seguir promoviendo políticas de equidad de género en el ámbito laboral y fortalecer la representación femenina en sindicatos y espacios de toma de decisiones.